Un examen preventivo es una parte fundamental de la medicina. Te ayudan a llevar una vida más plena, frenando el desarrollo de enfermedades que pueden ser potencialmente peligrosas. La prevención puede practicarse a toda edad, pero adquiere una mayor importancia en la adultez y la vejez, debido a que los riesgos aumentan y el impacto de detectar una condición a tiempo es mayor.
Estos chequeos ayudan a identificar posibles patologías en etapas tempranas, permitiendo llevar una vida más plena y frenando el desarrollo de enfermedades potencialmente peligrosas.
Sin embargo, en la vida moderna, las responsabilidades personales, familiares y profesionales pueden hacer que descuidemos nuestro propio cuidado. Incluir un examen preventivo en la rutina es una excelente manera de resguardar la salud y calidad de vida, tanto para uno mismo como para los seres queridos.
Un examen preventivo es una evaluación médica que se realiza para identificar señales tempranas de posibles enfermedades, incluso antes de que los síntomas se manifiesten.
Realizar estos exámenes tiene varios objetivos clave:
De acuerdo con la Superintendencia de Salud, el Examen de Medicina Preventiva (EMP) “es una evaluación periódica de salud, de carácter voluntario y gratuito, que forma parte de las prestaciones del Régimen General de Garantías Explícitas (AUGE)”.
La entidad también destaca que “su objetivo es detectar precozmente enfermedades o condiciones prevenibles o controlables y reducir la morbilidad (enfermedad) y mortalidad (muerte) asociadas a ellas; por medio de exámenes de laboratorio, evaluación física y/o la aplicación de cuestionarios”.
Este enfoque permite monitorear la salud a lo largo del tiempo, incluso en personas sin diagnóstico específico, y proporciona un panorama preventivo que se ajusta a cada etapa de la vida.
Muchos problemas de salud como el cáncer o las enfermedades cardiovasculares no muestran síntomas en sus fases iniciales, por lo que los chequeos regulares son una herramienta esencial para detectarlos.
La detección temprana puede marcar una gran diferencia en la efectividad de los tratamientos. Por ejemplo, según la Sociedad Americana contra el Cáncer, en el periodo de 1989 a 2021, la cantidad de mujeres estadounidenses que fallecieron debido al cáncer de mama disminuyó un 42% gracias a la detección temprana y el perfeccionamiento de los tratamientos.
Estas cifras demuestran la importancia de los exámenes preventivos y cómo su práctica regular puede ser clave al momento de diagnosticar patologías. Una detección temprana brinda más tiempo y oportunidades para realizar un tratamiento adecuado, aumentando así las probabilidades de éxito.
Los exámenes médicos preventivos varían según la edad, el género y la presencia de factores de riesgo en cada persona. Entre los más comunes se encuentran:
Para la tercera edad, realizar chequeos médicos es esencial para garantizar una mejor calidad de vida en esta etapa. Algunos de los exámenes sugeridos incluyen:
Contar con un adecuado monitoreo de la salud desde edades tempranas, incluso sin síntomas evidentes, contribuye a reducir el impacto de las patologías en la vejez.
Existen varias especialidades médicas que pueden orientar a los pacientes en su camino hacia la prevención y el autocuidado. Cada una de ellas tiene un enfoque diferente, permitiendo una atención adecuada según el caso particular:
Estos profesionales médicos pueden solicitar una variedad de exámenes preventivos, como hemogramas y electrocardiogramas, dependiendo de la edad y estado general del paciente. En algunos casos, se requerirá ayuno o preparación previa para los exámenes, como los análisis de orina y sangre.
Además de los exámenes preventivos, es importante cuidar otros aspectos de la vida diaria para mantener una salud integral:
Para los adultos mayores, la medicina preventiva es especialmente útil para ralentizar el deterioro propio de la edad, fortaleciendo los huesos y las articulaciones y preservando la movilidad en los “años dorados”.
La medicina preventiva y las consultas regulares a diferentes especialidades médicas son fundamentales para detectar a tiempo cualquier patología y adoptar medidas preventivas que hagan una diferencia significativa. No se trata solo de cuidar el presente, sino de prepararse para un futuro en el que el bienestar y la salud sean una prioridad constante.
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