El teatro ha sido por siglos un espacio cultural de encuentro con actores y público. Los pensamientos, palabras y gestos contienen las emociones o sensaciones de una realidad y contexto social donde todos estamos inmersos.
Por eso es que acudir a una obra de teatro nos ayuda a ser parte de un mundo mágico. Donde podemos soltar nuestras emociones, reconocernos con el otro, desarrollar valores humanos y estimular nuestra creatividad al analizar cómo sería nuestra historia ideal, de acuerdo con nuestras experiencias.
La historia teatral chilena
El teatro en Chile se remonta a inicios del siglo XX con la figura de los primeros dramaturgos, cuya poética se caracterizó por escribir sobre las costumbres rurales de la época. A principios de los años 40, nacen los teatros universitarios con jóvenes aficionados. Ellos comienzan a experimentar y contagiar el teatro, rescatando la comedia criollista, lo folclórico y los dramas sociales-populares.
Se gestan los primeros grupos de actores y la creación colectiva con las primeras compañías teatrales, donde se suma el rol del director junto a la identificación de diferentes lenguajes estéticos y discursivos.
De esta manera, la cultura teatral del país se va desarrollando junto a las problemáticas de cada época. Sus personajes y alto sentido social busca visibilizar carencias y condiciones precarias de la sociedad. Así, aquellas voces cumplen el rol de transmitir belleza en sus palabras, calidez, picardía en sus acciones y esperanza en contextos de desolación.
Las 10 mejores obras de teatro chileno
- “La viuda de Apablaza": obra escrita por Germán Luco Cruchaga, con 92 años de existencia y premiada el 2016 como la Mejor Obra Nacional. Cuenta la historia de una viuda en su fundo, amores no correspondidos y una trágica pérdida.
- “Río Abajo”: de Ramón Griffero. Historias entrecruzadas de un crudo Chile en un block social.
- “Hechos Consumados”: escrita por Juan Radrigán, relata el encuentro de dos indigentes que, ante la desgracia, se acompañan hasta el final.
- “La Negra Ester”: dirigida y adaptada por el reconocido director Andrés Pérez, es el musical más visto con innumerables premios nacionales y extranjeros. Está basada en la autobiografía del cantautor Roberto Parra, donde narra la historia de una cortesana llamada Ester y el amor no correspondido hacia ella.
- "Los papeleros”: aunque se le reconoce por su célebre obra “La Pérgola de las Flores”, este musical también es creación de la escritora Isidora Aguirre, donde retrata la cara del otro Chile.
- “Flores de Papel”: el dramaturgo Egon Wolff es el responsable de crear una historia teatral amenazante, de constante tensión entre una mujer y un hombre.
- “El cepillo de dientes”: creación realizada por Jorge Díaz, es una obra de incomunicación absurda de una pareja sumida en la superficialidad y la rutina.
- “Parecido a la felicidad”: de Alejandro Sieveking, quien recibió en 1959 el premio a la Mejor Obra de Teatro en el Concurso Nacional de la Municipalidad de Santiago. Una obra familiar - cálida sobre un escape de un pasado inconcluso y los cuestionamientos de las decisiones del presente.
- “El Tony Chico”: de Luis Alberto Heiremans, retrata la vida en un circo y la muerte como liberación espiritual.
- “Tres Marías y una Rosa”: esta obra de David Benavente, cuenta la historia de cuatro mujeres y su camino hacía la superación de sus condiciones económicas y sociales.
Definitivamente, las obras de teatro nos regalan magia en cada historia, donde disfrutamos mientras compartimos con un público que, al igual que nosotros, pretende encontrar un escape con la cultura del país.