¿Crees que por vivir en una ciudad no tienes opción? ¿Hay espacio en tu patio y te encantaría plantar verduras? ¿Has hablado con tus vecinos para crear un huerto comunitario? ¿Vives en departamento pero adoras las áreas verdes y quieres generar tu propia comida sustentable?
En el último año han aparecido cada vez más barrios que buscan ser sus propios proveedores de alimentos saludables. Es una pequeña gran revolución con la consciencia como bandera y la solidaridad como parte de un proceso de aprendizaje en el que todos ganan.
¿En qué consiste?
Un huerto comunitario consiste en utilizar pequeños jardines o los espacios compartidos de los condominios para cultivar frutas y verduras. Este modelo es mucho más que solamente compartir con el otro pues se aprenden valores de cuidado al medio ambiente y respeto, así como también se experimenta mayor bienestar.
Aportes de los huertos comunitarios
- Comida sustentable: Ofrece frutas y verduras de calidad y frescas, sin pesticidas, esto se traduce en mejor calidad de vida y salud.
- Identidad y comunidad: Favorece la creación de lazos y mejora las relaciones entre los vecinos del barrio, logrando mayor conocimiento del otro, implicancia y desarrollo de una historia "en común".
- Integración: Este tipo de prácticas ayudan a incluir a colectivos excluidos o recién llegados al país/ciudad/barrio. Los inmigrantes y los adultos mayores se benefician muchísimo.
- Cosecha y abundancia: Los alimentos obtenidos son de gran utilidad sobre todo para las familias con menos recursos.
- Bienestar: Relacionarse y sociabilizar con otros reduce el estrés y mejora la salud mental. Guardando la distancia social que debemos tener en estos tiempos.
- Cuidado al medio ambiente: Todos, pero mayormente los niños aprenden valores fundamentales como respeto al entorno, agradecimiento y la satisfacción de cosechar un producto en el que se invirtió tiempo y afecto.
- Más compost, menos basura: Se reduce la cantidad de desecho orgánico porque se utiliza como compostaje.
- Insectos polinizadores: Tan necesarios, acaban llegando por montones a los huertos y generan ventajas que favorecen el equilibrio ambiental.
¿Qué está pasando en Santiago?
- Yungay: Ecobarrio junto a los vecinos han creado huertos, invernaderos y gallineros comunitarios. El que está ubicado en Plaza Libertad es de los más emblemáticos."Lo que más nos importa es generar conciencia de que se puede trabajar entre todos para cuidar nuestro ambiente", dice Isabel Cayul, directora de Ecobarrio.
- Cerrillos: ubicado en el Centro Nacional de Arte Contemporáneo el huerto surgió como una obra viva del artista Enrique Ramírez. Cuenta con plantas comestibles y medicinales, Ramírez resalta la importancia de poder contemplarlo pero también intervenirlo, "entendiendo cuál es el tipo de suelo -del huerto-, los pájaros que van y la iluminación que recibe".
- La Reina: Huertas Urbanas se ubica casi al final de la Av. Fernando Castillo Velasco en Aldea del Encuentro, nació como una propuesta de la agricultura Julia Franco para "enseñar a los vecinos a cultivar sus propios alimentos”. También se hacían talleres sobre agricultura urbana y sustentable, compostaje, uso de aguas residuales, entre otros.
- La Pintana: la Asociación Gremial de Huerteros de La Pintana y vecinos, continúan trabajando para que esta comuna no pierda su tradición agrícola, en 1995 el municipio creó la Dirección de Gestión Ambiental que propone ferias libres y una política de reciclaje bien recibida por la comunidad.
La riqueza del aprendizaje
La capacitación continúa siendo una parte importante para aplicar y despertar el interés por esta práctica. Desarrollar y fortalecer la comunidad es una característica de este proceso pero no la única. Aquellos que pertenecen a huertas resaltan el poder que tiene comer comida cultivada por uno mismo. Y tú, ¿te animas a intentarlo? ¡Contacta con tus vecinos y comienza!