Comunicación no violenta: otra manera de relacionarse

Cuando nos vinculamos con otros siempre están en juego dos o más versiones, si bien los hechos son "únicos", estos devienen en juicios e interpretaciones personales y al final en emociones. En ese proceso, los malos entendidos, las discusiones, el enojo, "lo que se espera del otro y lo que efectivamente hace" pueden generar un sinfín de conflictos.

En esta nota te contamos de una manera de comunicarse aplicable a las relaciones personales y también a las relaciones laborales para construir vínculos más sanos y así resolver conflictos sin dañar ni desgastar las relaciones, conectando con el otro "desde el corazón" pero sin cargarlo con todas nuestras emociones.

¿Qué es la comunicación no violenta (CNV)?

Marshall Rosenberg fue un psicólogo estadounidense, creador de este modelo, también llamado Comunicación Colaborativa o Compasiva. Escribió Comunicación No violenta, un lenguaje de vida, un texto con herramientas para que las personas pudieran resolver conflictos de una manera pacífica, mejorando el bienestar mental y en sintonía con los valores propios, evitando así el relacionamiento tóxico o destructivo.

La CNV se presenta como facilitadora y resolutiva frente a los problemas de comunicación a los que diariamente nos enfrentamos; información cargada y mezclada con juicios personales de lo que está bien y está mal versus lo que el otro puede considerar bueno o malo.

Esto puede dificultar la manera en cómo nos comunicamos y, por ende, entendemos. Cuando la comunicación está cargada de juicios, es difícil lograr entendimiento y abrir paso a la empatía. Por lo tanto y para evitar conflictos cuando intentamos que un otro nos entienda- cerrándole espacio a los juicios- es que Rosenberg explica 4 pasos que se debe realizar al momento de comunicarnos.

Acá te los dejamos:

4 puntos claves de la Comunicación No Violenta

1. Observar sin evaluar: comunica aquello que te pasó basándote netamente en la observación del hecho, sin evaluarlo. Porque si a la observación le agregamos el "sentir" -cómo nos hizo sentir aquello que ocurrió- cambiaremos el foco principal; que es que se exponga un hecho. Si hablamos de nuestro sentir, quien nos escucha pondrá resistencia y se enfocará en  dejar claro que no pretendió crear ese sentimiento en nosotros. Lo cual puede ser válido, pero ese no es el fin a mostrar.

2. Identificar y expresar sentimientos: acá, luego de haber expuesto el hecho, podemos hablar de cómo nos sentimos. Con palabras simples, expresa tu sentir, por ejemplo, diciendo "Esta situación me hizo sentir incómod@". Al mostrar nuestras emociones, abriremos paso a la empatía.

3. Asumir la responsabilidad de nuestros sentimientos: normalmente, se tiende a expresar los sentimientos de manera indirecta. Esto genera confusión porque se abre el espacio a interpretaciones y confusiones. Por lo tanto, la clave en este punto es asumir los sentimientos y decirlos de la manera más clara posible.

4. Peticiones conscientes: luego de exponer la situación y cómo esto te hizo sentir, este modelo propone que hagas peticiones conscientes. Por ejemplo, solicitar a la persona que aquello que te molestó, no vuelta a repetirse. Utiliza un lenguaje positivo y no invasivo para pedir aquello que necesitas para sentirte mejor. Cuanto más claro te muestres respecto a lo que esperas del otro, más posibilidades existen de que se entienda y comprenda tu petición.

En todos los niveles y con buenos resultados

Según el Instituto de CNV los beneficios de aplicarla son muchísimos:

• Crear relaciones basadas en el respeto y la cooperación.
• Conectar con las necesidades del otro y las personales.
• Desarrollar la capacidad de escucha y empatía.
• Resolver sentimientos de culpa, miedo, vergüenza.

La comunicación no violenta es un método muy útil que sirve a padres a mejorar la relación con sus hijos, hermanos, pareja o amigos, para salir del círculo de violencia, instancias de no construcción y absoluta incomunicación cargada de desencuentros. También es muy oportuno en las relaciones laborales pues permite mejorar la calidad de vida en el trabajo, espacio en el que pasamos buena parte de nuestros días.

La última vez que tuviste una discrepancia o discusión con alguien: ¿Te tomaste el tiempo de escucharlo? ¿Lo entendiste? ¿Por qué no? Incluir prácticas sanas para generar relaciones personales más constructivas es necesario, pero se requiere de mucha paciencia y disposición. Pero todo tiene su recompensa, al final obtendrás mayor felicidad y calma. ¿Te animas a intentarlo?

En este video Rosenberg explica más sobre la CNV, ¡continúa aprendiendo!