Aunque el agua de la llave ya ha sido tratada para que sea potable, siempre nos queda la duda de si realmente es tan beneficiosa para nuestro consumo. A continuación, analizaremos algunos elementos que pueden estar presentes en el agua que bebemos, cómo la puedes purificar y cuánto debemos beber diariamente para llevar una vida saludable.
Primero, el agua es bombeada desde depósitos naturales, manantiales, aguas subterráneas y ríos, y es llevada hacia plantas de tratamiento para volverla agua potable, por medio de un proceso de decantación, filtración y desinfección. Luego, hace su recorrido hasta nuestros hogares, en el cual tiene contacto con distintos tipos de suelos y tuberías.
Desafortunadamente, el suelo puede absorber desechos industriales y las tuberías, por acción de la soldadura en ensamblajes, desprenden materiales que se integran al agua en circulación, lo que hace que el agua de la llave pueda salir nuevamente contaminada.
¿A qué elementos nocivos nos estamos refiriendo? Algunos pueden ser:
Si queremos probar el consumo de agua de la llave y hacerlo de manera segura, es bueno tener presente que se puede purificar simplemente con filtros que se pueden incorporar en el sistema de tuberías interno, pero hacerlo de forma manual tampoco es complicado.
Abrimos la llave y dejamos que el agua corra durante 2 o 3 minutos. Luego, en la boca de un recipiente amarramos una tela de algodón limpia que esté lo suficientemente gruesa para usarla como filtro. Poco a poco agregaremos el líquido hasta obtener agua filtrada en su totalidad.
Una vez terminado el filtro, procedemos a eliminar las bacterias del agua usando uno de estos 3 métodos:
Nuestro cuerpo elimina aproximadamente 2,5 litros de agua diariamente. Por lo que se recomienda, para la vida saludable de un adulto promedio, el consumo de seis a ocho vasos de agua al día. Y aunque podemos reponer líquidos de bebidas como leche, té y café, siempre traerá mejores beneficios tomar agua.
Ahora que sabemos que la podemos purificar, un consejo para tener un consumo de agua ideal, es adquirir el hábito de beber un vaso de agua antes de irnos a dormir y dos vasos en ayunas al despertar. De igual modo, beber agua en cada comida y luego de realizar actividad física; de esa forma casi sin notarlo beberemos toda el agua necesaria.
Comencemos a tener agua filtrada por nuestra cuenta y acostumbrémonos a beberla lo suficiente para obtener todos sus beneficios. El agua purificada es vida y podemos tenerla al instante.