Las redes sociales se han integrado poco a poco en nuestra rutina diaria hasta abarcar la mayor parte de nuestro tiempo libre. De acuerdo con una encuesta realizada por la Pontificia Universidad Católica de Chile, se calcula que el 80% de los chilenos utiliza Facebook y WhatsApp, seguidos por YouTube (73%), Instagram (55%) y Twitter (31%), para cualquier propósito, lo que deja en evidencia el alto consumo de estos canales.
Si bien estas plataformas nos entregan entretención y nos mantienen en contacto con nuestros amigos, su uso prolongado también también ha traído muchos peligros para las familias, debido al alto nivel de dependencia que generan y al estado de vulnerabilidad en el que ponen a las personas. Para profundizar, a continuación, hablaremos más sobre los riesgos de las redes sociales, con el propósito de fomentar la prevención y el autocuidado.
El documental “El dilema de las redes sociales” revela cómo funcionan estas plataformas. Tristan Harris, ex ingeniero de Google, y Guillaume Chaslot, desarrollador del algoritmo de YouTube, afirman que las redes sociales implementan estrategias para conseguir que los usuarios se mantengan en conexión el mayor tiempo posible.
De esta forma, en ocasiones se nos puede hacer muy difícil dejar la pantalla de lado, lo que conlleva a veces al aislamiento, y por las noches a una mala calidad del sueño.
Los riesgos a la salud mental también merecen seria consideración. De acuerdo con el portal Clínic Barcelona, los adictos al Internet tienen cambios en el cerebro parecidos a los de personas con adicción a las drogas. Sus niveles de serotonina y dopamina (neurotransmisor relacionado con bienestar y felicidad) son más bajos que el promedio.
Pero ¿por qué se da este fenómeno? Los entrevistados del documental afirman que las redes sociales como Twitter e Instagram cuentan con métodos de recompensa inmediata. Y es que los “me gusta” y los comentarios permiten a las redes sociales estimular impulsos de dopamina en sus usuarios y así mantenerlos enganchados.
Esto hace que las posibilidades de generar adicción al Internet sea mayor en personas que padecen de ansiedad, depresión o dificultades para expandirse socialmente.
Esta capacidad adictiva de las redes sociales también puede afectar nuestro bienestar y salud mental generando ansiedad cuando exista la imposibilidad de conexión; depresión, al recibir críticas; y hasta sensación de inseguridad. Además, podemos crear estrés y dificultad para socializar, riñendo a menudo con los problemas de la vida real.
A esto se le suma la vulnerabilidad que generan las redes sociales ante amenazas, difamaciones o extorsión por medio del ciberacoso. Estas situaciones, lamentablemente, han aumentado la tasa de suicidios de adolescentes alcanzando una cifra de 100.000 al año, convirtiéndola en la segunda causa de muerte en la población mundial de 10 a 24 años.
Las redes sociales predicen los contenidos que nos interesan y vemos en nuestro tiempo libre a través de algoritmos que miden comentarios, calificaciones y tiempos de lectura. De igual modo, tienen los derechos de las fotos que compartimos, a las cuales se les puede dar un uso inapropiado.
Y lo más importante, tampoco hay que olvidar el riesgo latente a equivocarnos al configurar la privacidad de nuestros perfiles, permitiendo que personas no deseadas tengan acceso y se valgan de estos datos para hacer mal uso de ellos. Por esto la importancia de educar y prevenir a los menores de edad, además de controlar el uso de las redes sociales.
Las redes sociales son un caldo de cultivo para noticias falsas y la desinformación. Y es que hay que tomar en cuenta que estas plataformas gratuitas se financian a través de anunciantes, lo que expone a los usuarios a recibir y compartir fake news sobre temas sociales e incluso políticos. Esto es un tema preocupante si tomamos en cuenta que un 63% de los chilenos utiliza Facebook para informarse de noticias.
Conocer los riesgos de las redes sociales nos permite tomar mejores medidas de autocuidado y aumentar la protección de nuestra familia, especialmente si tenemos niños o jóvenes en casa.