¿Qué sucede cuando estás en una situación que no te gusta? Un hecho que te incomoda, que sientes que debería ser diferente, que ya se ha repetido muchas veces y no cambia o que pasa por primera vez, pero crees que no deberías tolerar.
¿Qué haces? ¿Te marchas? ¿Huyes? ¿Te quedas en silencio observando como todo sucede? O, por otra parte, dices tus incomodidades, expresas tus sentimientos al respecto y te aseguras, dentro de las posibilidades de la situación, de que no vuelva a suceder.
Meditar en tu comportamiento cuando pasas por situaciones difíciles es lo único que puede ayudarte a saber si eres una persona que acostumbra a decir lo que siente, o almacenas todas sus emociones hasta que un día explotas, enfermas, te aíslas o te deprimes.
Lo cierto es que reprimir los sentimientos puede traer consecuencias muy negativas, por lo que hoy comenzaremos el saludable viaje de aprender a expresarse.
A veces, es muy fácil sentirte frustrado, cansado o con poco ánimo sin conocer una razón específica que lo motive. Por eso es realmente importante que puedas conocer las causas de estos sentimientos para poder cambiar ese estado de ánimo que puede llevarte hasta la depresión.
Si eres una persona que no dice lo que siente, sino que “pasa la página” para poder estar bien, esos sentimientos te afectarán aún más con el paso del tiempo, convirtiendo esas emociones reprimidas en depresión, ira, ansiedad o frustración en un nivel más alto.
Así que, si te encuentras respirando profundo y luego pensando repetidas veces en cómo pudiste terminar esa discusión, abordar ese tema molesto o qué otra cosa pudiste haber hecho para que las cosas no acabaran como terminaron, probablemente tiendes a reprimir tus sentimientos.
Cuando pasas demasiado tiempo ignorando lo que sientes puede ser difícil que lo identifiques. Para volver a conectar con tus emociones es importante que te detengas un instante y busques dentro de ti lo que estás sintiendo.
Existen al menos 7 tipos de emociones identificables a partir del comportamiento. Entre más emociones reconozcas dentro de ti será mejor para tu salud y bienestar.
Uno de los pensamientos más comunes es creer que decir lo que sientes o piensas solo va a traer peores consecuencias de las que ya puedes estar soportando. Otra falsa creencia es que “las buenas personas sufren en silencio”.
Este tipo de pensamientos hace que un individuo pueda detonar en el futuro con ataques de ira o ansiedad.
La realidad es que no decir lo que sientes y reprimir tus emociones puede causarte consecuencias, como problemas de salud y bienestar mental, en concreto, dolores estomacales, de cabeza, acné, debilitamiento del sistema inmune, aumento del riesgo de diabetes o problemas al corazón, entre otros.
Se ha demostrado que si una persona comunica adecuadamente lo que siente puede tener consecuencias interesantes a nivel personal y en sus relaciones interpersonales:
Aunque será difícil y requerirá mucha práctica aprender a decir lo que sientes sin explotar, puedes poner en práctica algunas estrategias psicológicas para comunicar de forma natural y empática tus emociones para solucionar los conflictos.
Aprender a expresar de forma correcta tus emociones te ayudará a tener una mejor comunicación no solo en tus relaciones con los demás sino contigo mismo.
Si pones en práctica estos consejos notarás de forma rápida como se reduce el impacto negativo en tu salud y aumenta tu bienestar mental.