La pandemia que vivimos, a causa del COVID-19, ha hecho que las personas teman contagiarse no solo de esta enfermedad, sino de cualquier otra para no debilitar el sistema inmune. Por ello, la población ha tomado como regla fundamental el lavado frecuente de manos, la distancia física con otras personas, el uso de mascarilla y, al estornudar o toser, cubrirse la boca con el antebrazo y no con las manos.
Sin embargo, el autocuidado va más allá de eso; existen otras medidas que podemos aplicar para enfrentar patógenos externos, y prevenir ésta y otras enfermedades, como la influenza, neumonía, faringitis y bronquitis, que, además, son bastante comunes durante el invierno.
Nuestros hábitos alimenticios influyen enormemente en nuestra buena o mala salud, por ello, es lo primero que debemos revisar a la hora de prevenir enfermedades de invierno, así como durante todo el año. Entre los alimentos clave para mantener el sistema inmune fuerte están las frutas, verduras y frutos secos, por su alto aporte en fibra, vitaminas y minerales, tales como el zinc, vitamina A, C y E, y antioxidantes.
De igual modo, el ajo, la cúrcuma, el jengibre, la quinoa, la moringa, la chía, la linaza, y otros más comunes como el limón y la cebolla, son considerados superalimentos, y no deben faltar en tu dieta. Mantenerse hidratado también es súper importante, y para ello, nada como el agua natural, al menos dos litros al día.
Como prevención y para mantener una salud óptima este invierno 2021 puedes recurrir a ricas recetas como la leche dorada, preparada con canela, jengibre y cúrcuma; es altamente beneficiosa por sus propiedades antifúngicas, antivirales y antibacterianas.
Para mantenernos sanos es indispensable moverse. Preferir la escalera en lugar del ascensor, trasladarse en bicicleta y ejercitarse en casa, son maneras de evitar el sedentarismo y practicar el autocuidado. Lo importante es escoger actividades que nos guste practicar, y que, por tanto, seamos capaces de repetir día a día. Pero si no tienes muchas opciones, caminar media hora al día ya representa una buena actividad física.
Recibir luz solar en la piel nos permite producir vitamina D, muy importante pues nos ayuda a mantener el calcio en huesos y dientes, y a mejorar el sistema inmunitario, nervioso y muscular. También se puede adquirir a través de suplementos y de la dieta, pero tomar el sol 3 veces a la semana por unos 15 minutos será suficiente para mantener niveles normales de esta vitamina.
No olvides aplicar protector solar antes de exponerte. Aunque sea invierno y los días estén nublados, los rayos UV y UVB del sol continúan presentes. Son causantes de enrojecimientos, quemaduras de la piel y fotoenvejecimiento. Este producto también previene los efectos de las radiaciones infrarrojas provenientes de computadores y celulares, por lo que también debes usarlo incluso si permaneces en casa.
El dormir 7 a 8 horas diarias (en adultos) es uno de los cuidados más importantes para quienes buscan funcionar bien durante el día. Sin embargo, no solo nos mantiene activos, sino que también es básico para tener buena salud.
Al momento de dormir, el cuerpo pasa por todo un proceso de regeneración celular, te ayuda a mantener un peso saludable, a tener la mente despejada durante el día y disminuye tus posibilidades de enfermar.
Con la situación actual de la pandemia por COVID-19, muchas personas han manifestado tener trastornos del sueño, por ello, hoy más que nunca es importante tomar medidas que permitan un buen descanso, como evitar las bebidas estimulantes, mantenerse activo durante el día, no dormir siesta, entre otros.
Los cambios bruscos de temperatura hacen más vulnerable nuestro cuerpo a los virus y las infecciones respiratorias, debido a que éste no tuvo tiempo de adaptarse a la alteración climática, como lo es con la segregación de moco para detener bacterias o cualquier partícula irritante. Hay que tener cuidado principalmente con embarazadas, adultos mayores, bebés y niños, pues su sistema inmune puede encontrarse un poco más debilitado, debido a su condición física o de salud.
Para prevenir, la recomendación es no abrigarse en exceso en zonas con calefacción, no salir a la calle con el cabello húmedo, ir haciendo el cambio de temperatura gradualmente y mantener cubierto cuello, pecho, boca y nariz, especialmente si haces ejercicio al exterior.
Los lugares cerrados aumentan el riesgo de contagio de enfermedades, pues las gotas de saliva al toser, estornudar o incluso al hablar, se esparcen rápidamente. Ante ello, lo mejor es mantener las ventanas abiertas, para que haya una mejor circulación de aire y, en caso de haberlos, darle mantenimiento a los aires acondicionados, para que se conserven limpios y funcionando correctamente.
Para tener claridad de que todo esté funcionando correctamente en nuestro organismo, y evitar contraer enfermedades de invierno, otra de las recomendaciones es hacernos exámenes preventivos, siempre que las condiciones lo permitan, al menos una vez al año. Puedes incluir un chequeo completo de exámenes como vitamina B12, vitamina D, colesterol, presión arterial, así como también exámenes de la vista y ginecológicos. Sin embargo, no olvides visitar primero a tu médico, es él quien te dirá qué exámenes son los adecuados para ti según tus necesidades y condiciones.
Estas recomendaciones apuntan a maximizar los cuidados en época de pandemia y como prevención de enfermedades de invierno, así que es buen momento para comenzar a incorporarlos en nuestra rutina y hacerlos parte de nuestra vida de ahora en adelante.