Las sopaipillas, el pan amasado o una taza de chocolate caliente son algunas de las tentaciones que nos invita el invierno a disfrutar en los días de bajas temperaturas, dejando de lado las ensaladas veraniegas o alimentos más frescos.
Al tener un clima más frío, la gente suele disminuir la actividad física, perder la costumbre de tomar agua y bajar la ingesta de frutas y verduras. En contraste, los alimentos altos en calorías son más apetecibles, porque el cuerpo necesita generar calor para mantener la temperatura corporal.
Sin embargo, mantener una alimentación saludable se vuelve fundamental para soportar el frío, prevenir enfermedades típicas de la temporada como gripe o resfríos y evitar el consumo excesivo de masas/frituras que nos llevarán a un aumento de peso.
Para enfrentar el frío con energía, es necesario incluir una gran variedad de alimentos altos en calorías, idealmente saludables, para recibir los mejores nutrientes en el organismo. Expertos recomiendan establecer un horario definido y comer cuatro veces: desayuno, almuerzo, once y cena. Además, señalan que lo ideal es consumir algún alimento cada 3 ó 4 horas máximo, y no pasar muchas horas de ayuno.
A continuación, las mejores opciones que podemos incluir en nuestra dieta diaria.
Según diversas investigaciones médicas, la vitamina C no puede curar un resfriado con solo su consumo, pero sí ayuda a reducir su duración. Esta vitamina es un gran antioxidante, por lo cual se sugiere incluir frutas como naranjas, piñas, kiwis y frutillas en las colaciones o al desayuno.
Asimismo, la Organización Mundial de la Salud recomienda consumir un mínimo de 400 gramos diarios de frutas y verduras, pues se previenen enfermedades como cardiopatías, diabetes u obesidad.
Las legumbres son una excelente proteína invernal al ser saludables y calóricas a la vez, además de proteger nuestro sistema inmune. Para facilitar la absorción de hierro de las legumbres, podemos combinarlas con algún alimento que contenga vitamina C como el tomate o lechuga con limón.
Los pescados son alimentos altos en proteínas, zinc y Omega 3, el cual es muy benéfico para el cuidado del corazón, tiene acciones anticoagulantes y antiinflamatorias. Además de reducir los niveles de triglicéridos y colesterol, se cree que puede ayudar a minimizar los síntomas de enfermedades crónicas, artritis, asma, colitis, entre otras. Se recomienda consumir dos veces a la semana.
Los frutos secos son una gran fuente de calorías al tener grasas buenas para nuestro organismo, podemos incluirlas al terminar de comer o al finalizar la jornada. Una alternativa son las nueces y almendras, que contienen Omega 3, calcio y zinc.
En invierno es más difícil que consumamos verduras frías debido a que nuestro cuerpo nos pide comida caliente. En este caso, la mejor alternativa es optar por sopas de verduras como zapallo, zanahoria, espinaca o cebolla. De esta forma, nuestra alimentación será de forma saludable y podremos recargar energías para los días fríos.
Muchas veces ocurre que con el frío olvidamos hidratar nuestro cuerpo y llegamos a consumir una menor cantidad de agua. Para remediarlo, es posible optar por bebidas calientes, que generen calor y prevengan la deshidratación. Es mejor evitar el café y preferir un té de hierbas medicinales o de ingredientes antioxidantes como el verde y blanco, que son los más saludables.
Con estas opciones, podremos pasar un excelente invierno al proteger y reforzar nuestro sistema inmune con alimentos deliciosos, nutritivos y, sobre todo, beneficiosos para la salud.