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Cómics chilenos, un paseo por la historia

Escrito por Vida Security | Monday 22 de November, 2021.

Han transcurrido ya más de 100 años desde que Chile vio nacer el mágico mundo de las historietas. Desde entonces, los cómics chilenos han formado parte de la sátira política, el entretenimiento infantil y el humor cotidiano de millones de personas. Recordar lo que hay detrás de esas páginas nos permitirá revivir el impacto que tuvieron y seguirán teniendo tras conmemorar otro año este 23 de noviembre.

¿Cuál es el origen de las historietas chilenas?

Federico Von Pilsener fue el precursor que abrió camino a muchos otros personajes entre los cómics o historietas chilenas. Para el año 1906, su creador Pedro Subercaseaux dejó una huella emblemática en la revista semanal Zig-Zag con este pintoresco profesor Alemán y sus ingeniosos diálogos acerca de las “costumbres salvajes” de aquella lejana región de Chile.

Se trataba de una cómica autocrítica de nuestras propias desgracias desde la mirada jocosa de un forastero. Comprendía desde los terremotos, hasta los chistes comunes de funerales, aspectos de nuestra cultura, situaciones cotidianas y sutiles reivindicaciones políticas.

Luego, hacia la década de los 50, Condorito se convirtió en un nuevo héroe de las risas, partiendo de la revista Okey, y logrando un alcance internacional. Era una lectura con representación gráfica de un bromista campesino, ingenioso y pícaro que sabía cómo responder a todos ante los reveses de su vida en la ciudad.

Posteriormente, las historietas siguieron difundiéndose en una lectura dedicada a todas las audiencias. Desde el clásico deportivo de los Barrabases en 1954, hasta conocidos lanzamientos como Mampato y Disneylandia. En definitiva, ha sido un formato entretenido y educativo para transmitir la esencia de la cultura chilena.

La evolución de los cómics chilenos hasta hoy

Además de los clásicos cómics mencionados, como los de Barrabases, Condorito y Mampato, se desarrollaron historietas con objetivos vinculados a la prensa satírica. Por ejemplo, Topaze fue una historieta utilizada como una expresión de humor político ante los diversos cambios del país. Mientras que, para 1945, Pobre Diablo y El Pingüino se hicieron con la atención de una audiencia adulta igualmente interesada en esta cara cultural, con la participación de conocidos artistas chilenos.

Durante la década de los 80 en adelante, los nuevos proyectos se ocuparon en producciones basadas en éxitos extranjeros del cine y la televisión. Sin embargo, los clásicos dibujantes e ilustradores no descansaron sus manos refugiándose en los suplementos que acompañaban los diarios, como “Pocas Pecas” (El Mercurio), “Remolino” (Las Últimas Noticias) e “Historietas” (La Tercera).

Además, siguiendo el modelo estadounidense, comenzaron a surgir hacia la década de los 90' historietas de ciencia ficción, superhéroes y aventuras, como Rayén. Sin embargo, parte de esa atención se desvió a la situación que se vivió durante esa época en Chile. Por ejemplo, esto se reflejó en narraciones como Matucana, Trauko y Raff, como una expresión contracultural de lo que sucedía.

El notable cambio en los medios tradicionales de información, hoy tiene soporte en la web, con autoediciones, libros electrónicos y la participación de ilustradores digitales de distintos géneros en grandes eventos como la Cómic Con.

¡A celebrar el día de la historieta chilena!

Cada 23 de noviembre se conmemora en Chile el día de la historieta chilena. La raíz de esta fecha surge de la fundación de la revista “El Peneca”, que formó parte emblemática de nuestra historia de manera sobresaliente.

Esta obra que muchos recuerdan, demostró el potencial de las historietas para comunicar ideas y educar a una audiencia mediante ilustraciones.

En definitiva, es una fecha de encuentros culturales y una oportunidad clave para rememorar grandes clásicos del cómic que dieron vida y difundieron de un modo original y lleno de humor, nuestra cultura y la voz de la opinión pública.