Sí, es cierto que en cualquier momento del año uno puede disfrutar pasteles, dulces o aquellas recetas ricas que encantan a todos. Pero el invierno y su frío dan la atmósfera ideal para querer más delicias.
Ya en agosto, me topo con muchas personas - me incluyo - que hablamos sin culpas de cómo se nos ha pasado la mano con postres y todo lo dulce. ¡Es que el frío en los meses anteriores llamaba a ingerir calorías! Más allá de que se acerque la primavera a pasos agigantados, siempre es bueno tener alternativas a aquellos dulces para mantener el equilibrio en nuestro organismo.
En especial, es importante rescatar recetas que tengan menos ingredientes procesados, menos azúcares y/o harinas. Personalmente me doy el tiempo de buscar maneras más ligeras para mi estómago e intestinos de deleitarme con la repostería que tanto me gusta. Y ya lo he recalcado: mas allá que un tema de calorías, es un tema de bienestar, salud, o incluso sólo elección o curiosidad. Hay maneras de probar los favoritos de siempre, con algún detalle que lo haga salir de lo común. ¿Qué mejor?
Es así como llegué a esta receta de brownie sin gluten. La verdad es que la curiosidad por probar alguna alternativa sin harina me estaba matando: veía alternativas con zapallo italiano, betarraga, palta y - por último, la que elegí - porotos negros.
Siempre tengo muchas legumbres en mi despensa así que decidí ir por esa última alternativa. Acudí al blog de The Simple Life, que siempre tiene cosas que tientan pero no había probado ninguna, y busqué los lineamientos. Cabe resaltar que la guía que encontré es vegana y está esa opción. Sin embargo, yo la hice con huevos. Acá va esta delicia que además de no contener harina procesada, es fácil y rápida de hacer.
Advertencia: ¡la receta queda amarga! Si te gusta el chocolate bitter como a mí, estará genial. Si eres más intermedio/a, te recomiendo endulzar con miel y/o usar un poco de cacao dulce en vez de sólo amargo.
Recuerda que antes de preparar, debes precalentar el horno a 180ºC. En un bowl agregas todos los ingredientes. Yo los mezclé manualmente un poco, para luego procesarlos con miniprimer. Cuando la mezcla esté homogénea y no queden porotos a la vista, debes vaciarla en un molde de 15x15 (especial para tamaño brownie). Enmantequillarlo, o si es de silicón no necesitas hacerlo tanto. Luego pones todo en el horno y esperas de 20 a 40 minutos.
Cabe recordar que la consistencia de un brownie es muy distinta a un queque normal: más húmedo a la vista y tacto. ¡Déjalo enfriar antes de comer!
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