En el campo de las guerras absurdas en redes sociales tenemos material para escribir varios libros, entre los cuales se podría dedicar un capítulo completo a la guerra de veranistas contra inviernistas. Dicho esto, es innegable que todas las personas tiene un favoritismo o predilección por una época más que por otra. Mientras algunos vivirían constantemente en verano, otros se quedarían para siempre en el invierno. Estas son algunas claras señales de que perteneces a este último grupo y que estás, hoy por hoy, viviendo tu época favorita del año.
A muchas personas les puede gustar ver la lluvia, el ritmo hipnótico de las gotas cayendo es considerado para muchos algo relajante (a menos que estemos en una tormenta). Pero solo un verdadero inviernista está dispuesto a dejarse mojar y caminar por la lluvia, por fuerte que esta sea.
Algo de sentido común, en invierno necesitamos más capas para abrigarnos, por lo tanto tendemos a tener más ropa de invierno que de verano. Aún así muchas personas desarrollan un verdadero fanatismo por los abrigos y accesorios característicos del invierno, o más bien, de un inviernista.
Aunque no todos, la mayoría de los inviernistas son más de quedarse en casa durante un fin de semana. Para ellos, una película, un snack y una frazada es mejor panorama que cualquier fiesta. Si te sientes identificado o identificada, tienes síntomas de inviernista.
Con la excepción de las frutas de temporada en verano, hay que reconocer que la mayoría de los platos más ricos son característicos de invierno. Esto se debe a que son una excelente opción para entrar en calor, como una cazuela, las legumbres o el curanto. Puntos extra de inviernista si te gustan las sopaipillas pasadas.
A fin de cuentas lo que más caracteriza a muchos inviernistas o veranistas, no es su amor por una estación, sino su rechazo a otra. Si hablas más de cuán difícil se te hace el verano, en lugar de lo agradable se te hace el invierno, eres un inviernista de máximo nivel.
¿Eres un inviernista o veranista? ¡Déjanos tu comentario!