La pandemia del covid-19 hizo que muchas empresas mudaran sus actividades laborales a casa, con el fin de seguir las medidas sanitarias y prevenir contagios. Sin embargo, esto ha repercutido en la productividad de los trabajadores, quienes han tenido que encontrar un equilibrio entre las tareas domésticas y el trabajo diario.
Para que esta no sea una misión imposible, a continuación, desarrollamos algunos buenos hábitos, con los que podemos reorientar nuestra productividad y cumplir con todas nuestras obligaciones laborales.
La productividad no es más que la capacidad de organizarnos y terminar nuestras tareas a tiempo. Además, nos ayuda a superar cualquier situación que nos haga procrastinar, es decir, aplazar nuestras obligaciones.
Al vivir en un mundo tan saturado de distracciones y en donde cada vez se vive más rápido, es normal que nos cueste ser productivos y mantener un orden en nuestra planificación habitual. Pero una vez que entendemos cómo podemos optimizar nuestros horarios, no hay vuelta atrás.
Así como potencia nuestra eficiencia, la productividad nos ayuda a mejorar nuestra salud mental porque nos tomamos el tiempo necesario para hacer nuestras actividades y tenemos el control de nuestra vida. Nos sentimos satisfechos y útiles, nos centramos en lo verdaderamente importante y nos ayuda a ser más creativos.
Si es posible, hay que planificar el día con anticipación. Y para hacerlo es fundamental tener claras nuestras responsabilidades: plazos de entrega de trabajos, horario laboral, tiempo que demoramos en hacer alguna actividad, entre otras. Al tener esto definido, la planificación es más sencilla.
No es solo saber qué hacer, también hay que identificar lo que es más urgente. La organización se hará con base en la jerarquización de objetivos y se buscará que al final del día las tareas más importantes no se queden sin resolver. Otra recomendación es iniciar con aquello que requiere más tiempo o tiene mayor dificultad, así al final del día la presión también irá disminuyendo.
Un error común es querer hacer todo a la vez. Esto no nos llevará a nada productivo, todo lo contrario: se complicaría nuestro día y podría llevarnos a abandonarlo todo. Por eso, lo mejor es hacer que lo complejo sea simple y esto solo se logra dividiendo un gran trabajo en tareas pequeñas. Si eres líder, dedica 20 minutos al día para asignar a tu equipo las tareas que le corresponden a cada uno y, por supuesto, para dar seguimiento.
Al estar en casa es normal que tengamos muchos focos de distracción. Por eso, es fundamental apartar un espacio para las actividades laborales. Así lograremos mayor concentración, avanzaremos con fluidez y podremos respetar nuestro horario de salida al término del día.
Estar en el hogar no significa trabajar todo el día. Debemos ceñirnos a nuestro horario laboral para cuidar nuestra salud mental y rendir mejor día a día. De lo contrario, aumentará nuestro estrés, irritabilidad y disminuirá el tiempo de calidad tanto en el trabajo como con la familia.
Para algunos, los mejores días para trabajar son los martes, para otros pueden ser los viernes. No existe una fórmula mágica, pues solo nosotros podemos conocer qué día nos va mejor en alguna actividad. Al detectarlo, tendremos ventaja y manejaremos mejor nuestros plazos de entrega.
Lo mismo pasa con los horarios, algunas personas funcionan muy bien por la mañana, así que lo mejor es dedicar esas primeras horas a las actividades más urgentes o de mayor dificultad.
Para aumentar nuestra eficiencia durante el trabajo, es importante que las acciones mencionadas se conviertan en verdaderos hábitos. Especialmente porque trabajar en un entorno virtual puede suponer un reto mayor para muchos. Debemos procurar levantarnos a buena hora para tomar el desayuno, realizar un poco de ejercicio y empezar nuestras actividades en tiempo.
Hay que recordar que el esparcimiento o las pausas activas son fundamentales para la productividad, ya que ayudan a despejar la mente y retomar energía.
Con estas recomendaciones, aumentar nuestra productividad será un reto más sencillo durante el trabajo en casa. Solo es cuestión de una buena organización, que nos ayude a respetar tanto nuestro tiempo de trabajo como nuestro tiempo en familia.